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Foto del escritorBeatriz Gómez Villanueva

¿Qué razones motivan la enfermedad emocional y mental?

La aparición de una disrupción emocional y mental es producto de múltiples factores. La calidad de la crianza, la percepción de haber vivido rechazo, abandono, humillación, injusticia y traición son elementos que se incorporan a la psique del pequeño desde que nace hasta los 7 años, señalan los especialistas. Sin duda, el aspecto heredo familiar también es relevante. Si en la línea paterna o materna hay familiares con depresión, ansiedad y, sobre todo psicosis, como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, es factible que los descendientes sean vulnerables hacia la morbilidad psíquica. Incluso, un estilo de vida inapropiado en el que las personas se decantan por el sedentarismo, por alimentarse con comida carente de valor nutricional, también influye de manera más grave que la imaginable en el bienestar orgánico.

Sin embargo, es muy poderosa la fuerza de los riesgos psicosociales que vive el individuo. Ante una tragedia natural, las guerras, un incendio, accidentes graves, las enfermedades crónicas, las pérdidas, las familias disfuncionales o monoparentales, así como las demandas académicas, en los niños y jóvenes, se convierten en razones que generan ansiedad y otros padecimientos. A lo anterior se suman la drogodependencia, el alcoholismo y otra clase de adicciones Esta sociedad exige cumplir expectativas para llegar a “triunfar”, a partir del consumo, la belleza física, la delgadez de las mujeres, el estatus y el poder económico. Los vínculos amorosos que carecen de profundidad y compromiso, hacen que la sexualidad sea un hecho casual y, que por supuesto, motiva diversas aflicciones. La sociedad en general demerita los valores como la paz, la compasión, la justicia, el servicio y el amor sano. El entorno es pleno en desencuentros afectivos, en maltrato entre pares, en la pauperización del conocimiento, en inseguridad, violencia e impunidad. El sentido de vida se orienta hacia los logros económicos y se minimizan la calidez, la ayuda, el respeto por una vida digna. El individualismo nos está matando y pocos individuos se manejan con expectativas amorosas y rectas. La falta de lealtad hacia principios como la honestidad, el civismo, la equidad, la igualdad y el ejercicio del poder ciudadano han puesto en jaque nuestra cultura. Todo ello constituye lo que vulnera a la humanidad global respecto a una óptima salud física, emocional y mental.



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